El viernes pasado fue día de visita a mi tienda friki favorita a pulirme los millonazos que amaso gracias a las demandas por lanzarme a lo Arteche encima de los coches y luego denunciar a los conductores. Así que he aprovechado para hacerme con esta apuesta personal que tenía ganas de degustar. Antes de nada he de decir que de DV8 no había leído absolutamente nada hasta la fecha. Fue una de las colecciones del sello Wildstorm que irrumpieron por estos lares a finales de los años 90, pero por aquel entonces no me fijé en ella ya que estaba mucho más ensimismado en títulos como Wildcats, Stormwatch, Gen13, étc…
Así que hoy me la he jugado y me he decidido a dar una oportunidad a este grupo, pues echando un ojo allí en la tienda a este tomo que nos ocupa y leyendo el resumen de la contraportada me ha engatusado más que Bianca Beauchamp poniéndome morritos. Y la verdad es que he de reconocer que DV8: dioses y monstruos ha sido una lectura de la que he de decir que no me ha desagradado para nada.