Creo recordar que ya he comentado infinidad de veces el hecho de que si te consideras un friki de pura cepa, estas películas basadas en personajes del noveno arte has de verlas el mismo día del estreno o te mereces que te peguen un flemazo de mocos verdes en todo el jeto y que te llamen friki de palo. Por tanto, ni que decir tiene que un servidor estaba anoche ataviado con sus mejores y más elegantes galas, inquieto y nervioso esperando presenciar la que junto con la magnífica Kick-Ass 2 será la película del año: Iron Man 3.
Y allí emocionado en la cola del cine esperando a comprar la entrada y viendo el aluvión de gente que por allí pululaba intentando comprar la suya no podía evitar meditar sobre el hecho de porqué las tiendas de cómics son frecuentadas por los 4 frikazos de siempre mientras que las salas de cine se llenan cuando se proyecta un film con personajes y argumentos que se pueden encontrar en las páginas de un cómic. Es uno de esos misterios sin respuesta como aquel de porqué Espinete iba en pelotas por el barrio y luego se ponía un pijama para dormir o un bañador para ir a la pisci…