Todo el que me conoce un poquito (no tanto como mi ginecólogo) es sabedor de que siempre me he declarado un tío Medusista hasta la médula y soy muy fan de todo lo que publica esta editorial ya sea de Valiant o no. Así que cuando me enteré de que iba a salir este tomo no pude menos que ponerme de gala y acudir a mi tienda de cómics a hacerme con él, ya no solo por esa portadita donde sale uno con los dientes «podris», sino porque aquí donde me tenéis me declaro muy fan del bueno de Cullen Bunn, hasta el punto de que le donaría un riñón si él me lo pidiese poniéndome carusa.
Y es que como seguidor de Harrow County me confieso como gran admirador de las obras de misterio y tensión en las que mete mano este menda (no en vano ardo en deseos cual dieciochoañero en su época de celo de que Planeta publique de una zorra vez la serie de Dark Ark en cuanto nos empiecen a traer títulos de Aftershock a partir del año que viene). Y tras haberlo catado no puedo menos que recomendarlo en esta reseña, porque creo que es una de esas obras perfectas para degustarlas en la noche de Halloween bajo la luz tenue de unas pocas velas como las que todos ponéis en vuestra habitación cuando os lleváis alguna pobre incauta a casa para arrimar cebolleta.