Reconozco que Bob Esponja me mola, pero si hay unos dibujos con los que personalmente me parto el ojete cosa mala, esos son los Happy Tree Friends. Me pregunto la cantidad de padres que habrán provocado un trauma a sus hijos por su desconocimiento sobre esta serie, cuando zapeando vieran que en la tele salían estos entrañables muñequitos y llamaran a sus retoños para que se sentaran a ver los dibujitos. Muchos criajos se habrán quedado pseudo-catatónicos por el hecho de ver un simple episodio de los Happy Tree Friends, espoleados por la ignorancia de sus padres ante esta serie. Y es que no os fiéis nunca de las apariencias porque aunque parezcan animalitos tiernos y achuchables son muy cabronazos.