Resulta curioso el hecho de que los muchachos de este blog tengamos una fama de putos «viciaos» de mierda que no podamos con ella. Hay quien nos compara con los criajos esos coreanos que se tiran 48 horas seguidas dándole a la Xbox; otros en cambio piensan que somos tan viciados que cada vez que cogemos el mando de la consola coqueteamos con el ataque epiléptico. Incluso hay quien nos dice que tenemos tal cantidad de vicio en las venas que cada vez que nos hacemos una herida en vez de sangre sale vicio. Pero no siempre fuimos así de asquerosos, pues en nuestros tiempos mozos éramos personitas normales que jugábamos a cosas que a los chavalines de hoy día les suenan a puto chino: los juegos de tablero. Estos eran algunos de nuestros favoritos…