Un día de estos tenía que pasar. Si lleváis por aquí un tiempo leyendo nuestras paranoias, sabréis que al Sr Grifter le encanta la WWE (World Wrestling Entertaiment), o como nosotros lo hemos llamado toda la vida: Pressing Catch. No hay forma de hacerle entrar en razón, por más que le digo que todas esas hostias y volteretas están totalmente ensayadas como si fueran pases de salón y que todos los luchadores siguen un guión, el chaval sigue negando lo evidente y se pone colorado gritando como una nena. Empiezo a pensar que lo que realmente le gusta son los cuerpos hercúleos que se pasean por los rings.
Si a la pasión desmedida por este espectáculo le sumamos que el chico es bastante impresionable, pues no es de extrañar que en uno de esos lunes en los que nos reunimos me trajese como opción Monster Brawl. Hace algún tiempo puso el trailer de la película, que olía a caspa y pufazo a la legua. Bajo la amenaza de ver esta movida o La Muerte de Superman no tuve otra opción que respirar hondo y elegir lo que me parecía menos mierda de las dos. Me estoy refiriendo, por supuesto, a Monster Brawl.