Las pibas que vivan aún ancladas en los maravillosos años 80 seguramente al leer el título del film de la reseña de hoy les habrá venido a la cabeza el grupo aquel de niñatos faltos de una buena MILI y a los que daban ganas de ostiarlos por esos pelazos imbéciles que llevaban, y que respondían al nombre de New kids on the block. Pero gracias a dios el post de hoy no va sobre estas criaturas, sino sobre un film que desde hace ya tiempo quería ver y por fin he tenido la ocasión de poder disfrutar de él.
Y es que creo recordar que ya he comentado en varias ocasiones el hecho de que la muchachada de este blog somos bastante asiduos a todo lo que se estrena en el festival de cine de Sitges (tanto de las mierdacas pinchás en un palo como de lo que mola). El caso es que esta película tuvo muy buenas críticas cuando fue proyectada el año pasado en ese festival e incluso había quien la catalogaba como el mejor film británico del 2012. Por todo lo comentado insisto en que un servidor tenía unas ganas locas de ver esta cinta…