La verdad es que mirando la portada de este tomo seguramente muchos frikis fantasearán no sólo con el hecho de llegar a ser algún día tipos tan duros como Frank Castle, sino también con la idea de tener a una rubiacas arrodillada ante ellos. Bastardadas aparte, he de decir que siempre me he considerado gran fan del Punisher de la línea MAX y de vez en cuando me gusta releer algunos de estos tomos de antaño. Pues bien, éste es sin duda uno de mis preferidos…
Y es que desde que Garth Ennis dejó de escribir sus peculiares guiones para esta colección, un servidor no había seguido de forma muy apasionada los tomos posteriores a la marcha de este tío. Es verdad que hubo ciertas historias bastantes pasables y decentes, pero a mí particularmente me encanta la impronta gamberra e «hijoputesca» que este insigne guionista irlandés deja siempre en sus cómics. Así que cuando en su día me hice con este tomo de Punisher de la línea editorial MAX no me esperaba gran cosa de él al no andar Ennis de por medio. Pero he de decir que me soprendió muy gratamente…