El otro día estábamos el otro ilustre creador de este blog (el nunca bien ponderado Kiko) y un servidor preparándonos unos Tang de naranja, cuando de pronto caímos en la cuenta de que a estas alturas aún no hemos visto la peli de Los Pitufos. Y es que desde que éramos unos jóvenes efebos de torsos hercúleos moldeados por el más caprichoso de los dioses, hemos sido grandes seguidores de la serie de dibujos. Eso por no hablar de la ya mítica frase de «¡Eres más malo que el Gargamel, cabrón!», que me decía Kiko cada vez que yo fallaba un gol «cantao» cuando jugábamos al fútbol-sala. Así que este bagaje pitufil creo que es más que suficiente para acudir a ver este film. Pero con este post de hoy me gustaría lanzar al populacho otro motivo más por el que hay que ver esta película.