Tener un nombre molón y que imponga respeto es importante para templar allá donde uno vaya. Mirad por ejemplo el hijo de Nicholas Cage con ese nombre tan chulo que le pusieron en su día: Kal-El Cage (para los menos frikis recordaré que Kal-El es el nombre kryptoniano de Superman). A mí cualquier día se me cruzan los cables, me da la pinzada y me piro a los juzgados a cambiarme el nombre por uno más molón, tal y como hizo Homer cuando se cambió el suyo por el de Max Power (¡qué grande aquella frase de «hay tres formas de hacer la cosas: por las buenas, por las malas y al estilo de Max Power»). Bueno, como iba diciendo, cualquier día cojo y me cambio el nombre por otro más imponente tipo Escorbuto Jones. Imaginaos qué pasote llegar a un sitio y decir: «Hola buenas tardes, soy Escorbuto Jones». La gente se quedaría «to cartulina» pensando algo como: «Joder, aquí hay nivel». Cuento todo esto a colación del post de hoy, donde en uno de mis periplos internautas me he encontrado una relación de nombres no permitidos por el registro civil para inscribir a un recién nacido y me he dicho: «Esto se lo tengo que enseñar a los chavales del Vas Tú Listo». Echadlos un vistazo por si teníais pensado poner alguno de los que figuran en esa lista a vuestros futuribles hijos (uyuyuyui, toquemos madera).