La verdad es que cualquier persona que no tenga ni zorra idea del personaje y lea esto de El Motorista Fantasma pensará que hoy vamos a hablar del típico chulazo dieciochoañero que aprueba todo y papi le compra una moto con la que poder salir por ahí a perseguir falducones. En cambio los más frikis del noveno arte (o cualquiera que haya visto la película anterior) es sabedor de que se trata de uno de los antihéroes de Marvel Comics, que bien se podría encuadrar dentro de la catalogación de «personajes de ficción sobrenaturales».
Personalmente he de decir que la primera parte de esta saga peliculera me dejó un poco cartulina. Y es que Ghost Rider es un personaje del que apenas he leído nada en cómic (alguna cosilla esporádica), y he de reconocer que el primer film tampoco me dejó con demasiadas ganas de querer degustar más cosillas sobre él. Así que con el visionado de esta segunda parte esperaba ver si la cosa mejoraba un poco, pero francamente he de reconocer que mi indiferencia por las andanzas del motorista se ha quedado tal y como estaba…