Es tal el encasillamiento que he tenido siempre en el cómic americano que cuando voy por la calle la gente me saluda diciéndome «Adiós encasillao», a lo que yo muy educadamente les respondo «Hey chaval, hasta luego». Y sí, lo reconozco coñe, hasta no hace mucho todo lo que no fuera cómic americano me lo pasaba por el soberano ojete, hasta que un día cayó en mis manitas este tomo del catálogo BD de la editorial Planeta, que salió a la venta hace unos años. Como ya sabéis, se trataba de tomos que recogían material europeo en un formato más cómodo de leer, mucho más manejables y bien encuadernados.
Pues bien, gracias al catálogo BD de esa editorial empecé a hacer mis pinitos en el cómic europeo, pues he de reconocer que ofrecía argumentos y géneros que difieren un tanto a los que estoy acostumbrado a leer. Y explico todo esta aburrida movida a modo de introducción (que supongo que os la sudará un poco), para contar cómo conocí este curioso cómic, que por cuya portada muchos pensaréis que vaya puta paranoia que voy a reseñar hoy…