Como grandes flipados del cine friki y de la serie B chunga que te cagas, no era de extrañar que los muchachos de este blog tuviéramos ganas de hacer algún tipo de incursión en el mundo del cine. Así que el nunca bien ponderaro Kiko y yo nos presentamos a un casting para ver si nos cogían en alguna peli (aunque fuera como extras). Decepcionados nos quedamos cuando nos dijeron que si algún día necesitaban hacer una nueva película sobre los Ewoks ya nos llamarían, porque al parecer, y cito textualmente: «¡Es el único papel en el que encajáis con esos cuerpos que os gastáis, cabrones!». Así que como nos quedamos con ganas de salir en alguna peli decidimos que lo mejor era rodar una nosotros y a tomar por culo. Y como necesitábamos una actriz protagonista decidimos contar con una vieja conocida del blog y una de nuestras máximas detractoras: la incombustible Mar.
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Después de 5 increíbles días viendo llover en Sevilla, perdiéndome los pasos, la «madrugá», las cañitas en la calle feria, los chicharrones y múltiples actividades que se pueden desarrollar en la capital andaluza con tan solo unos rayitos de sol, decidí acercarme a visionar una más que esperada, al menos por mi parte, producción que para los que nos movemos en estos mundos semi-imaginarios nos encanta disfrutar.
Me acerqué el Domingo de Resurrección (a ver si la cosa mejoraba) a uno de los cines más modernos de Sevilla, en la que recibí mi primera gran alegría de la noche: el cine 6,50 euros, en 2D y 7,50 en 3D. Ciertamente, no podía por menos que frotarme los ojos, agradeciéndoles a todos los santos que no habían procesionado, por aquello que mi bolsillo estaba agradeciendo.
La segunda de mis alegrías fue que las palomitas tan solo costaban 3,50€, un pedazo de cono, madre, estaba por traerme a Madrid para repartir con mis compañeros, pero quizá esa fue la última de mis alegrías.