Hay cosas que se estiran y se estiran más que el rabo de Nacho Vidal en sus películas. A veces son sagas comiqueras que duran más que el acné de un pajillero o sagas cinematográficas que a pesar de que parece que ya no hay más que exprimir acaban sorprendiéndote con una nueva entrega más en la que uno ya no sabe qué cojones se puede esperar. Y lo que es el género del terror parece que es muy susceptible a que se aplique esta máxima, pues es algo que vimos en su día con sagas como Viernes 13, Pesadilla en Elm Street y ahora parece que ocurrirá otro tanto de lo mismo con cierta mítica saga que ya está más que estrujada…