Madre mía, he de reconocer que aún sigo frotándome por las paredes como si fuera un puto oso de esos de los documentales de La 2 (esos documentales que todo el mundo dice ver) ante el mero hecho de que alguien me mencione la palabra Vengadores. Y es que el peliculón de los Vengatas colmó esas altas expectativas que tenía puestas en él y aún dura mi grado de emoción y nerviosismo, comparable al del doctor Josef Mengele cuando le regalaron su primer quimicefa.
El caso es que como es de suponer, a raíz del estreno de ese mencionado film proliferaron un montón de novedades comiqueras y reediciones relacionadas con el grupo, y este cómic que nos ocupa en la reseña de hoy es una muestra de ello. Lo que me tiene preocupado es el hecho de que siendo como soy un tío «flipaísimo» de Los Vengadores aún no hubiera catado este tomo cual gordaco que cata un bote de nocilla metiendo el hocico en el tarro. Pero vamos, que por fin lo he podido degustar como se merece y el universo ha vuelto a recuperar su equilibrio natural…