Sí rebonitos míos, han sido bastantes semanazas con un montonazo de lectores sumidos en un inmenso mar de dudas e incertidumbre elucubrando sobre qué coño había ocurrido con VTL. Algunos barajaban el inquietante rumor de que habíamos vendido los derechos de nuestro blog para poder costearnos las pilinguis; otros muchos pensaban que nos había engatusado alguna lagartona y renegábamos ya del frikismo para convertirnos en unos calzonazos. Incluso hemos escuchado teorías que postulaban que nos habíamos vuelto mongolos debido a la pérdida de millones de neuronas al día y se nos habían acabado las ideas sobre lo que escribir. Pues que sepáis que todas estas hipótesis estaban muy equivocadas…