Hace varios años, cuando compartía piso con mi colega Ricewind, empezó mi fiebre por las series americanas. Al principió todo comenzó con Perdidos, y a partir de ahí empezaron a salir series de todo tipo y yo las degustaba con entusiasmo. A decir verdad, Ricewind era el experto, y me iba guiando sobre algunas series que yo desconocía y de las que tengo un muy buen recuerdo, como por ejemplo Firefly y Battlestar Galactica (de las que hablaré algún día). Eran tiempos donde deseaba que llegase el viernes para salir prontito del trabajo, tumbarme en la cama, ver algún episodio de alguna serie molona y echarme una siesta de órdago. Quizás sería buena idea retomar esa buena práctica.
Ricewind también me habló de la serie que vengo a comentaros, pero no tengo ni idea de por qué no seguí viéndola, ya que se ha convertido en una de mis series preferidas a día de hoy. Hablo de CÓMO CONOCÍ A VUESTRA MADRE.