Hay que reconocer que la muchachada de este blog tenemos fama de ser muy pero que muy flipables, pues nos emocionamos hasta cuando ponen una puta peli mierdera de esas de Marisol en Cine de Barrio. Y no te digo yo que no nos flipemos ahí con cualquier gilipollada raruna, pero el hecho de que hace unos meses se publicara en nuestro país la tercera parte de Kick-Ass fue una emoción más que justificable. Os diremos que ello provocó en la sede de nuestro blog un júbilo y una algarabía que no se veía desde la célebre caída de Saigón (porque a lo mejor otra cosa no, pero fans del bueno de Millar somos un rato)…
Y es que tras el exitazo que supuso en taquilla el film que adaptaba la primera parte nos produjo un gran y enorme regocijo el hecho de que toda la gente ajena al mundillo pudiera al menos conocer este cómic y disfrutarlo en una sala de cine. De todas formas no me cansaré de insistir en el hecho de que es una pena que la gente tenga tantos prejuicios a la hora de acercarse a un cómic y luego disfruten con los argumentos que estos ofrecen cuando los adaptan a la gran pantalla. Si es que no somos “ná”…