El Astérix es un colega nuestro de aquí del barrio al que llamamos así porque destila su propio whisky en la bañera de casa y cuando se lo bebe se pone igual de inquieto que los galos cuando se tomaban su maravilloso brebaje. El caso es que hoy no queremos hablaros de las gilipolladas que pasan por la cabeza de este tío, sino de un notición que inquietará a todos los fans de ese mítico cómic que disfrutan viendo a unos tíos con esos bigotazos a lo Guardia Civil repartiendo ostias a los romanos como si no hubiera mañana. Así que si te consideras fan de este personaje ve ahorrando para lo que se te viene encima, muchacho…
Esos cómics que a veces se nos escapan
Muchas veces da rabia pensar en las putas mierdas que pasan a engrosar nuestras comictecas con un material que si lo leyeras en el WC te darían ganas de arrancar las hojas y limpiarte el ojete con él. Sin embargo, a veces suele ocurrir que ciertos cómics que sí merecerían la pena ser leídos pasan casi más inadvertidos que un gafapasta tratando de zorretear con la jefa de animadoras. Y esto es precisamente lo que me ha ocurrido con el tomo titulado La Expedición, un cómic del que últimamente ha escuchado comentarios muy positivos pero que dejé pasar en su día como un gili.