La verdad es que mirando así en frío la portada de este cómic uno puede pensar que esto es la versión embrutecida y salvaje de Viva Piñata, con ese pobre hombre ahí colgado. Sea como fuere, ciertamente hay que reconocer que debido al exitazo de la serie de The Walking Dead, los zombies vuelven a estar en la cresta de la ola, y de ahí la proliferación de cómics de esta temática. Aprovecho la ocasión que se me brinda para seguir incidiendo en la idea que tanto nos gusta cantar a los cuatro vientos desde este mismo blog, por la cual recomendamos a la gente que lea el cómic de Robert Kirkman, porque deja a la serie de TV más en bragas que Victoria Abril en sus pelis.
Paranoias aparte, vamos a centrarnos ya en este tomo que nos ocupa en la reseña de hoy, en el que el bueno de John Russo (a quien ya dedicamos unas palabrejas en este otro post), vuelve a deleitarnos nuestros ojines con una nueva escalofriante historia en la que andan de por medio estos seres putrefactos. Así que tras las reseñas de Night of the living dead y Escape of the living dead, veamos qué nos ofrece este nuevo tomo que cuenta con la muletilla de Airborne.