Si mencionas el nombre de John Russo a un tío con pocas luces frikis se te quedará mirando de arriba a abajo arrugando el hocico y pensando: «¿Pero qué coño me estás contando, chatín?». Para todos aquellos que no tengan el placer de conocer a semejante crack diremos que se trata del co-creador de La noche de los muertos vivientes junto al maestro Romero. Seguro que a muchos esto os la suda mil, pero los fans de las pelis de zombies ponemos velitas todas las noches a estos tíos por su digno legado al mundo del cine.
No sé si recordáis que hace unos días reseñé el tomo llamado Night of the living dead, del que comenté que ahondaba en una serie de acontecimientos paralelos a la mítica película del año 1968 y por eso era conveniente haber visto el film antes de leerlo. Pues bien, Escape of the living dead continúa lo visto en aquel tomo, con una historia que acontece tres años después, cuando la plaga zombie parecía haber remitido totalmente. Pero al igual que OT y Gran Hermano, las mierdas y las cosas chungas siempre acaban por volver (y los zombies también).