La verdad es que visto así en frío esto de Sherlock Holmes vs Drácula, yo personalmente me inclinaría por una «x» en la quiniela. Y es que los que no leyeran en su día la reseña del anterior tomo de Victorian Undead se habrán quedado un poco «piruletas» por el hecho de ver al mítico personaje de Sir Arthur Conan Doyle enfrentado con el rey de los chupasangres (sin contar al mosquito cabrón que me acosó la otra noche). Y es que no está de más volver a recordar el hecho de que lo más curioso de este título radica precisamente en esto, en ver a uno de los más grandes detectives resolviendo casos en los que andan de por medio monstruosidades peores que los colaboradores del Sálvame Deluxe.
Así que si en el tomo anterior pudimos ver a Holmes codeándose con zombies putrefactos, esta vez le veremos sacando a relucir sus dotes detectivescas (y de hombre de acción cuando la situación requiere repartir unas cuantas hostias) ante los entresijos en torno a un misterio en el que andan de por medio unos vampiros la mar de chungos.