La gente poco ducha en el mundo de la ortografía pensarán que esto de «Rage» va sobre unos gitanos navajeros que se dedican a rajar a la gente. En cambio, la gente con tablas en el idioma de Shakespeare serán sabedores de que esa palabra viene a significar algo como furia o cólera, y por tanto pensarán que voy a hablar sobre el estado mental en el que se queda el nunca bien ponderado Kiko después de aguantar mis Pufazos en el Fifa. Pues bien, ni una cosa ni la otra, porque el Rage al que me refiero es una de las novedades para el mes de enero que nos trae el catálogo de Panini Comics, al que suelo echar un ojo así como el que no quiera la cosa de igual manera que cuando mi vecina de enfrente cuelga sus tangazos en la cuerda de la ropa.
Análisis Call of Duty: MW3
Si hay una fecha que me pone más inquieto que CR7 con el nuevo set de maquillaje de la señorita Pepis, ese es el mes de noviembre. Y es que todos tenemos marcado ese gran mes del año en nuestro calendario de la rubia tetona por tener lugar la salida del Call of Duty de rigor, y que para todos los jugones se ha convertido en todo un hito. Para poder comprarlo son muchos a los que se les pasa por la cabeza la idea de prostituirse. Yo personalmente tengo la suerte de que coincide con el mes de mi cumple, por lo que suelo poner ojines de gato de Shrek a la gente para ir recopilando dinero, hasta que junto 70 euracos del ala para poder comprarlo. Ciertamente son muchos los jovenzuelos que se fundirían esa pasta en guarras y en caballo, pero yo prefiero hacerlo en Call of Duty.
Ni que decir tiene que ya he movido hilos cual titiritero para hacerme con esta nueva entrega, la cual ya he tenido el placer de catar. Y después de hacerlo estoy tan nervioso que he tenido que pedir a Kiko que me escriba la reseña mientras yo se la redacto, porque aún me tiemblan las manos de la emoción.
Análisis: Crysis
Cuando me compré el nuevo PC tenía claro cual sería uno de los primeros juegos a los que tendría que jugar para comprobar el pepinote que me había agenciado: Crysis. Si recordáis (y si no, ya os lo cuento yo), es un juego del 2007 que necesitaba un ordenador de la NASA o del futuro para hacerlo funcionar medianamente bien. En su momento fue alabado por la crítica y su motor CryEngine 2, desarrollado por la misma Crytek, creadores del juego, se llevó varios premios. Pero como he comentado antes, el juego también recibió muchas críticas por su requisitos. El juego lucía que te cagas, pero para jugarlo había que gastarse una buena pasta. Pues bien, casi 5 años después he podido catarlo, y lo cierto es que después de tanto tiempo luce bastante bien.
Con la segunda parte ya en las tiendas era obligatorio jugarlo para poder entender mejor la historia del segundo, así que en una de las ofertas de Steam me lo agencié bastante baratito y me planché el nanotraje para disponerme a reventar coreanos y alienígenas. No pinta mal, no…