Cualquiera que lea el título de este post sin tener ni guarra sobre este cómic del cual vamos a hablar hoy seguramente pensará que mi nivel de inglés es muy similar al de un mongolo al que le han puesto un cubo metálico en la cabeza y le han estado dando de ostias en él durante un buen rato con un cucharón sopero. Pues sí queridísimos amiguitos, resulta que el cómic al cual dedicamos esta reseña de hoy lleva ese título así tal cual: Sivil Guar (con un par de cojones)…
No sé si a vosotros os pasa como a mí, que cada vez que voy a mi tienda de cómics y me hago con las compras mensuales de las cosas que me interesan, suelo dedicar luego unos minutejos a echar un vistazo a otras novedades para ver si alguna de ellas puede llegar a interesarme también. El caso es que este tomo es uno de esos cómics que acabó llamándome la atención en su día (allá por 2009) y decidí darlo una oportunidad sin haberme documentado previamente sobre él. Y es que a veces ocurre que uno se la juega en plan torero con cosillas que a primera vista te dan buenas vibraciones sin más…