Hoy en día ser un joven mozuelo y querer ver un buen tetamen es la mar de fácil (coges, te metes en google, pones cualquier palabra y aunque no lo quieras te saldrán tetas y culos a tutiplén). Pero en nuestros tiempos mozos la cosa estaba más chunga, porque si querías observar una simple teta tenía que ser viendo a Sabrina cantando el «boys, boys, boys» o quedarte la noche de los viernes a ver el Venus TV en Tve2 sin que tus padres se pisparan. Otra alternativa estaba en los videojuegos, viciándose uno a cosas tales como el Cobra Mission, el Emmanuelle o el Teenage Queen. Y es que en aquellos tiempos difíciles hasta una simple teta pixelada en la pantalla del puto Amstrad CPC 464 te ponía verraco…