La verdad es que la primera vez que escuché el título de este cómic me pareció más bien el título de uno de los típicos CD’s de música heavilongos que se suele comprar el gilipichis de mi hermano. Así que cuando me pispé de que se trataba de un cómic publicado hace poco por Norma Editorial lo eché un vistazo allí en la tienda en una de mis últimas visitas y me dije: «¡Qué ostias, vamos a darlo una oportunidad a ver qué coño se cuece entre sus páginas!». Así que en un alarde torerazo me hice con él, poniendo cara de importancias y de tío decidido, más que nada para impresionar a una chavalita que había pululando por la tienda…
Y la verdad es que tengo que reconocer que todo el hilo argumental de la historia de este tomo me ha recordado bastante al de cierto documental de la HBO (del que ya hablamos en este mismo blog) en el que se analizaba el curioso comportamiento de ciertas personas que un buen día deciden disfrazarse de superhéroe y salir a patrullar de noche para realizar tareas de vigilancia o labores de conciencia social. Por cierto, si no has visto ese documental échalo un vistazo, porque está entretenido…