Las pasadas ofertas de Navidad han sido bastante prolíficas a la hora de incrementar mi flamante lista de juegos de Steam. Esta vez he intentado contenerme bastante, comprando sólo aquellos juegos que quería disfrutar a corto plazo, pero como siempre, alguno se me terminará quedando en el tintero (sobre todo echando un vistazo todo lo que se supone que vendrá durante este próximo año). Entre los comprados, había uno que me llamaba bastante la atención después de haber leído cosas buenas de él en los medios: La Tierra Media – Sombras de Mordor.
Siendo sincero, cuando vi por primera vez imágenes del juego no me llamó demasiado la atención. Parecía un clon de los Assassin’s Creed con algunos toques de los Batman a la hora de combatir. Ese nicho de mercado me parece ya bastante congestionado como para perder mi tiempo en más clones innecesarios (y más con la de ACs que tengo en mi lista por jugar), pero qué coño, me lié la manta a la cabeza y me dispuse a masacrar hordas de orcos. No podía ser aburrido.