A veces voy andando por la calle y noto cómo mucha gentuza me mira y susurran cosas como: «¡Mira, por ahí va el gilipollas ese que ya no habla de videojuegos en el puto blog mierdero ese!». Y sí, reconozco como un tío el hecho de que últimamente toco menos este tema que lo que toca a su mujer un esposo cincuentón tras treinta añazos de matrimoniazo. Es por ello que hoy me he propuesto romper esa maldición y dedicar unas palabrejas a cierto videojuego que ardo en deseos de catar, cual gordaco que anhela probar el nuevo big whopper con más queso, pepinillos y dobre ración de Ketchup. Puto juegaco, macho…
Thumbprint
Para el que no tenga apenas ni zorra de inglés y se acojone con palabrejas que tienen tanta consonante junta diremos que el título de la reseña de hoy podría traducirse como huella digital. Pero para huellaza la que dejo yo cuando piso lo fregao a mi señora madre y me pone una cara de querer soltarme un ostión con la mano abierta como los que pegaba Bud Spencer, con los cuales hacía que la gente diera una voltereta de 360º sobre su propio eje.
Pero el Thumbprint del que vamos a hablar hoy no tiene nada que ver con gilipolladas de estas, sino con cierta novedad comiquera que me llamó la atención desde el momentazo en el que vi el nombre de Joe Hill en la portada. Sobre este buen mozo sobran las presentaciones, pues todo el mundo sabe que se trata de un escritor estadounidense famoso por ser hijo del grandísimo Stephen King. Y a este respecto hemos de confesar que los muchachos de este blog hemos leído cosillas suyas en el noveno arte que no nos han dejado malas sensaciones, como por ejemplo Locke & Key, La capa o Road Rage. Es por ello que anhelábamos poder catar este tomo…
¿Conoces Gyo?
Pues hombre, así dicho en frío lo de Gyo seguramente a los más futboleros os habrá venido a la cabeza el holandés aquel que se saba unas «pechás» a correr por la banda que se le iban los pelos «p’atrás» de la velocidad que cogía el cabrón (el bueno de Gio van Bronckhorst). Pero no queridos amiguitos, hoy no vamos a dedicar este post a movidotes del mundo del fútbol, sino a cierta novedad comiquera que ha sacado a la venta hace unos días la muchachada de ECC Ediciones y que seguramente agradará a todos aquellos que sean dados a las historias de terror y de cagarse la pateja abajo…
Out There
La verdad es que la portadita adjunta de este cómic siempre nos ha hecho muchísima gracia porque nos recuerda a un amigo gordaco nuestro cada vez que pasa por el escaparate de la pastelería del barrio y no lleva dinero a mano en ese momento. Pero gracias a los dioses hoy no vamos a hablaros de este coleguita fanegas, sino de cierto cómic que tiene ya sus añitos y que me gustaría recomendar por si queda aún alma de cántaro que no lo leyera en su día
Me imagino que lo más ancianos del lugar recordaréis aquel famoso sello editorial llamado Cliffhanger, que en su día a muchos nos sonó a palabreja digna del siempre mítico Chiquito de la Calzada. Para encuadrar su origen habría que remontarse casi hasta finales de la década de los años noventa, cuando tres de los más grandes artistazos del momento decidieron crear un sello propio para tener mucha más libertad creativa y mucho más control sobre sus personajes. Y este santo triplete estaba compuesto por cracks de la talla de Joe Madureira, Humberto Ramos y J. Scott Campbell (ahí es “ná”)…
Así en la tierra como en el infierno
Desde hace mucho tiempo la humilde muchachada de este blog pensamos que el género de terror está más de capa caída que el rabazo de un actor porno tras un duro día de rodaje. Es por ello que cada vez que nos enteramos de la salida de alguna película de mieditis solemos ponernos nerviosos e inquietos a la espera de que nos vuelva a hacer recuperar la ilusión en ese bonito género con el que nos hemos criado viendo pelis chungas desde que éramos unos mierdecillas.
Y sí, hemos de reconocer en rigurosa primicia que con este film teníamos puestas bastantes esperanzas en que la cosa iba a prometer más que mi vecina del Bajo B dentro de un par de añitos. Pero suelo pasar que cuando uno pone muchas ilusiones en algo al final sueles llevarte una ostia mayor que la de un flipao de aquí del barrio haciendo el gilipollas con el monopatín para impresionar a un grupo de chavalitas. Y es que si tenías pensado acudir al cine a dejarte los cuartos en este film más vale que los ahorres para gastártelos en fulanas, porros o pilulas, porque la peli es mala no, lo siguiente…
El nuevo Silent Hill acojonará mazo
En esta vida hay bastantes cosas que nos acojonan mazo a la muchachada de este blog, como bien pudiera ser un desnudo integral de la Pantoja, levantarte al baño en mitad de la noche medio adormilado y encontrarte a tu abuela cagando o la comida china. Pero a todo este plantel de cosas que nos acongojan se ha unido otra más, como es el nuevo Silent Hill, cuya demo acaba de salir hace unos días y le hace a uno presagiar que se trata de uno de esos juegos a los que si te vicias ahí a oscuras y con el volumen considerablemente alto te pueden dejar en estado catatónico de tres pares de cojones…
Stitched: Siete espadas
La verdad es que si uno mira la portada de este cómic y cambia a la chavala por un maromazo bien podría parecer que esto va a narrarnos las andanzas de un pobrecillo heterosexual perdido por Chueca al que han pillado por banda de manera canallesca y lo han «encalomao» cosa mala. Pero gracias a dios la reseña de hoy no tiene nada que ver con gilipolladas de ese jaez, sino con el tercer tomo que nos trae una nueva historia de esos peculiarísimos muertos vivientes que responden al nombre de «cosidos».
¿Y qué os puedo contar yo que no sepáis ya a estas alturas sobre esta nueva entrega de Stitched?. Pues por ejemplo comenzaré diciendo que el primer tomo guionizado por el gran Garth Ennis me gustó por esa peculiar impronta gamberra e hijoputesca que imprime siempre a sus obras; el segundo con Mike Wolfer casi que no me desagradó del todo, pero esta tercera entrega creo que ya huele un poco y me ha dejado ya un poco saturado de «cosidos» y de su puta madre. Y eso que al bueno de Wolfer le tengo en buena estima por hacer sus buenos pinitos en cómics de este jaez, pero insisto en que aquí no me ha acabado de convencer…
The Quiet Ones – Trailer
En esta vida hay muchas cosas que dan bastante miedo, como bien pudiera ser Montserrat Caballé en el anuncio de la lotería o emborracharte, irte al catre con una puta tailandesa y a la mañana siguiente descubrir que tiene más rabo que la pantera rosa. Pero en lo que se refiere a miedo en el séptimo arte pensamos que hoy por hoy este género está más de capa caída que los pelos de Bon Jovi sin laca después de un concierto y desde hace mucho tiempo hemos perdido la esperanza de encontrar un film que nos acojone de tal forma que nos ponga los huevos en la boca. ¿Será The Quiet Ones la cinta que nos haga recuperar la ilusión?…
Coffin Hill tiene pintaza
Para el que no lo sepa, en VTL somos grandes fans de Benny Hill y de Terence Hill (y por lo que vamos a contar en el post de hoy hemos de decir que desde hoy también lo somos de Coffin Hill). Y es que creo que ya ha comentado anteriormente en este blog el hecho de que nos mola la línea Vertigo, que como sabéis es un sello de la editorial de DC Comics que engloba títulos que están dirigidos a un público más adulto. Y es que a lo largo de los años se han publicado bajo este sello colecciones míticas tales como Predicador, Y: El último hombre o Transmetropolitan (entre otras muchas). ¿Llegará Coffin Hill al nivel de estas?…
La Matanza en Texas 3D
Familias locas hay en todos lados (y sino que se lo digan a los que viven en el piso 1º de mi portal, que están chalaos, no me jodas). Pero si tuviéramos que quedarnos con una familia chunga del mundo del cine seguramente todos coincidiríamos en decir que los protagonistas del angustioso film titulado La Matanza de Texas se llevan casi todas las papeletas ante el honor de ser los mayores putos piraos y degeneraos del séptimo arte.
Seguro que todos recordaréis aquella mítica película del año 1974. Yo la vi hacia finales de los años 80, allá por mis tiempos mozos y acabé acojonadísimo y medio agilipollao por culpa de ese gran cabronazo llamado Leatherface (más conocido como cara de cuero). El caso es que aquella cinta tuvo bastante éxito, pues a lo largo de los años ha contado con cuatro secuelas y un remake, el cual tuvo su propia precuela. Así que con tanta película sobre gente como putas cabras locas muchos nos preguntábamos si realmente hacía falta otro largometraje sobre cómo se las gastan allí en Texas. El caso es que movido por la curiosidad me dispuse a ver este nuevo film para ver qué nos contaban en él…