La verdad es que la portadita adjunta de este cómic siempre nos ha hecho muchísima gracia porque nos recuerda a un amigo gordaco nuestro cada vez que pasa por el escaparate de la pastelería del barrio y no lleva dinero a mano en ese momento. Pero gracias a los dioses hoy no vamos a hablaros de este coleguita fanegas, sino de cierto cómic que tiene ya sus añitos y que me gustaría recomendar por si queda aún alma de cántaro que no lo leyera en su día
Me imagino que lo más ancianos del lugar recordaréis aquel famoso sello editorial llamado Cliffhanger, que en su día a muchos nos sonó a palabreja digna del siempre mítico Chiquito de la Calzada. Para encuadrar su origen habría que remontarse casi hasta finales de la década de los años noventa, cuando tres de los más grandes artistazos del momento decidieron crear un sello propio para tener mucha más libertad creativa y mucho más control sobre sus personajes. Y este santo triplete estaba compuesto por cracks de la talla de Joe Madureira, Humberto Ramos y J. Scott Campbell (ahí es “ná”)…