Hace unos poquitos días nos encontrábamos el otro ilustre creador de este blog (el nunca bien ponderado Kiko) y el que suscribe jugando a tratar de encender cerillas pasándolas por el jeto del otro (gente con el cutis muy grasiento absteneos de jugar a esto), cuando entre cerillazo va y cerillazo viene este muchacho me comentó que si me había enterado ya de cierto notición. Yo pensé que este chaval se refería a la noticia de una vecina nuestra que se ha operado las tetas y ahora si le da por echarse una de ellas al hombro parece el butanero del barrio. Sin embargo, pronto Kiko me puso el día sobre otra todavía más inquietante buena nueva, la cual me ha dejado más nervioso que un sarasa viendo paquetones en el ballet.