Llegamos al último día del año y hacemos recuento, hemos conseguido el reto, 373 partidas jugadas. En esta reseña analizaremos los primeros puestos. Ha sido bastante complicado, tengo poco tiempo para jugar durante la semana y llegar a ese número no ha sido fácil. Las primeras posiciones no se han movido apenas y las sorpresas las veníamos pronosticando casi desde el trimestre pasado. En el top 10 hay de todo, algunos juegos buenos y otros más normales, pero esta lista no es de los mejores juegos de mesa, es de los que más he jugado. Como en la vida misma, no siempre comemos solomillo, de vez en cuando nos metemos una hamburguesa y nos quedamos tan a gusto.
Seguimiento reto 2016, juegos de mesa (tercer trimestre)
Ya estamos llegando a la recta final, ya he llegado a las 281 partidazas jugadas, sacando tiempo de donde puedo y la verdad es que es un problemilla algunas veces. La lista crece, y con tanto material puedo observar que hay juegos que salen a mesa durante el año o aquellos que tengo muchas ganas de jugar pero que no ven mesa nunca. Otro asunto destacable es el juego que entra en lista subiendo posiciones muy rápido y este mes tenemos varios ejemplos de eso. Para comenzar a entrar en materia la lista de los jugados hasta ahora…
Seguimiento reto 2016, juegos de mesa (segundo trimestre)
Los meses van pasando y la lista de juegos sigue todavía creciendo. Ha pasado ya medio año y cuando miras la lista parece mentira que algunos juegos tengan tan poquitas partidas y otros tengan tantas. Con un total de 192 partidas a 33 juegos diferentes es momento de plantearme algunas cosas. Warfighter sigue en primera posición como no podía ser de otra manera, pero en los próximos meses ya veremos cómo evolucionará el asunto.
Wings of War
El piloto de combate moderno lo ve pasar todo a velocidades supersónicas, incluso la muerte parece que tiene prisa cuando te disparan un misil aire-aire, como el viejo amigo AIM-9 Sidewinder, que cuando te vienes a dar cuenta te acaba de volar en pedazos tu avión de combate y tu cuerpo ha sido lanzado en todas direcciones hecho pedazos.
En la Primera Guerra Mundial las cosas funcionaban de otra manera, los aviones disparaban a quemarropa sus ametralladoras Spandau a través de la hélice alcanzando al objetivo una y otra vez hasta destrozar el fuselaje, al piloto o el motor. Con algo de mala suerte provocando un incendio donde el piloto moriría calcinado lentamente.