Todo aquel que esté muy poco puesto en el universo Marvel y lea así en frío eso de Thanos seguramente pueda llegar a pensar que hoy vamos a dedicar unas palabrejas a la simpática gente de raza calé y a sus expresiones tan variopintas tales como «Endebé«, «Se muera mi papa», «Fragoneta» y «Jamematen«. Pero no amiguitos, os avisamos ya de entrada que el Thanos al que nos referimos en la reseña de hoy seguro que no tiene tantos primos como los tanos que todos conocemos.
Pero si hay algo que quizás a cualquier friki de pura cepa le llame la atención mirando la portada de este tomo seguramente será ver el nombre del gran Jason Aaron en ella. Y es que sobre este menda ya nos explayamos muy a gusto en la idea de lo puto crack que es, tras haber catado cosillas suyas tales como Scalped o su etapa en los guiones de Punisher (que si por cierto aún no has tenido el placer de leer no sabemos a qué cojones esperas). Es por ello que yo personalmente tenía unas ganitas locas de catar este tomo, pues el bueno de Aaron me parece uno de los guionistas más competentes que se pueden encontrar hoy por hoy…
«¿Y qué es lo que este buen mozo puede contarnos a estas alturas sobre Thanos que no sepamos ya?», os preguntaréis la mayoría. Pues a este respecto merece la pena decir que el bueno de Jason Aaron se embarca nada más y nada menos que en una oscura historia en la que nos narrará los orígenes de este personaje. Y es que hasta la fecha siempre habíamos presenciado a un Thanos adulto, malvado y cabronazo como él solo, cuyo creador (Jim Starlin) siempre nos dejó muy clarito que se trata de uno de los mayores genocidas y asesinos de mundos de la Casa de las Ideas.
Thanos rabiando de cojones
Y sí, puede que Thanos fuera un personaje con gran tirón en los años 70, pero también es cierto que a fecha de hoy había caído un poco en el olvido. Pero sólo hizo falta que el gran Joss Whedon hiciera uso de este personaje durante unos pocos segundos en los créditos finales de la peli de los Vengatas para volver a ponerle en escena y suscitar de nuevo el interés en él. Y uno de los cómics resultantes del resurgimiento de este personaje es este tomo, imprescindible si te consideras fan del personaje y quieres conocer sus orígenes y dar respuesta a preguntas tales como ¿de dónde cojones vino?, ¿qué espera del Universo? y ¿por qué está tan obsesionado con la encarnación de la muerte?.
Sí, de pequeño era feo de cojones
Pero sin duda alguna, si hay un elemento destacable en este cómic es la forma en la que Aaron aborda la psicología de este personaje basándose en la idea de cómo un incidente traumático puede cambiar radicalmente el carácter de un niño tranquilo y ser el detonante a toda la locura que uno pueda llevar dentro. Gracias a ello entenderemos cómo pasó de ser un joven incapaz de diseccionar un pobre lagarto muerto a convertirse en un «puto tarao» que arrasa y asola mundos únicamente para saciar sus ansias de muerte y de destrucción. Y todo ello nos servirá para entender su sempiterna obsesión por la muerte, a través de un misterio en torno a ella muy bien llevado por Aaron a lo largo de todo el argumento y que suscita en todo momento ciertas dudas y preguntas en el lector.
Thanos matando bichas
Es por ello que si no has leído apenas nada de este personaje te invito a que eches un vistazo a este tomo para conocer sus orígenes y que luego te embarques en algunas de sus etapas más clásicas tales como La Saga del Infinito. Y si después de ello te quedas con ganas de más puedes jugártela con Imperativo Thanos o con la nueva saga de Infinito de Jonathan Hickman, que supone el regreso de este personaje por la puerta grande.
Thanos visitando a su mami
En definitiva, Thanos: Infinito es un tomo que recomiendo a todos los fans del famoso Titán loco, pues insisto en que es una lectura imprescindible para conocer la manera en la que pasó de ser un joven normal y apacible a convertirse en el asesino de su propia madre y en el destructor de su propio mundo. Una recomendable historia de tragedias, locuras y engaños que por momentos llega a humanizar hasta cierto punto a uno de los villanos más peligrosos de Marvel y a hacernos comprender cómo llegó a tomar conciencia de su propia locura.