Como hace varios días que no posteo sobre cómics, hoy me gustaría dedicar unas palabrejas a una miniserie que aunque no he tenido el gusto de leer, me ha resultado curiosa por las reseñas que he visto sobre ella (así que espero poder leerla si se dignan a publicarla por estos lares algún día). Se trata de un nuevo relato en plan apocalíptico sobre cómo la humanidad se va a la mierda, esta vez por culpa de algo tan simple como la luz eléctrica. En este caso concreto la luz transmite una extraña infección que hace que todo aquel que la mire se consuma en llamas al instante.
Resulta curiosa la forma en la que se «da la vuelta a la tortilla» con este argumento, pues en este tipo de historias en plan fin del mundo la luz suele ser siempre sinónimo de salvación y esperanza mientras que la oscuridad suele representar la inseguridad y el caos. Sin embargo, en este caso concreto, todo lo que emita algún tipo de luz eléctrica es representativo de tener que rehuirlo si uno no quiere acabar hecho cenizas (esto tira por tierra toda mi teoría de cuando jugué al Alan Wake en la Xbox de que siempre hay que correr hacia la luz).
Además hay que añadir también el hecho de que con eso de que los zombies vuelven a estar de moda, esta historia contará también con una especie de guiño hacia ellos, representados a través de humanos que no arden inmediatamente, sino que deambulan consumiéndose lentamente en el fuego mientras atacan a quien se les cruce en su camino extendiendo la infección.
Por lo que me he podido documentar, el protagonista de The Light es un hombre con serios problemas personales. Su mujer le abandonó a causa de las palizas que le propinaba, es incapaz de mantener un empleo y tiene una peligrosa tendencia a empinar el codo con excesiva alegría. Tras el estallido del contagio, este irresponsable tiene que buscar dentro de sí todo el heroismo de que es capaz para embarcase junto a su hija adolescente, que comprensiblemente le odia, en un viaje en busca de la madre de la criaturita, a ver si se ha librado del juicio final (evitando siempre la luz en todo momento). Para ello, nuestro protagonista se protege con unas gafas de soldador y lleva a su hija con los ojos vendados por mucho que esta proteste.
En definitiva, una historia cuyo argumento a mí personalmente me llama bastante la atención y que como he dicho al principio, espero que la publiquen en nuestro país recogida en un tomito, para poder degustarla como se merece.