Aprovechando estos días de vacaciones me he dispuesto a leer algunas de las cosillas que tenía por ahí pendientes. Así que desde que me hice con éste número en el que se nos narra la nueva etapa de The Ulttimates, tenía ganas de leerlo tranquilamente, pues tengo que decir que los anteriores volúmenes de la dupla Millar/Hitch me resultaron bastante buenos (sobre todo el vol.1). Pero sobre todo tenía ganas de comprobar si el nuevo equipo encargado de esta serie estaba a la altura de sus predecesores. Tengo que decir que he leído muchas críticas negativas sobre esta nueva etapa, pues el guionista Jeph Loeb no suele ser santo de la devoción de muchos. Tengo que reconocer también que estoy de acuerdo con muchas de esas críticas, sobre todo por ciertos cambios que el guionista ha introducido en el tratamiento y hasta en el aspecto de muchos personajes, aunque esto último es más bien culpa de Joe Madureira y su peculiar estilo de dibujo.
Sin embargo, he de decir también que a pesar de que Loeb no sea un gran guionista, no me ha decepcionado tanto como yo pensaba este primer número suyo, sobre todo por ese tono de misterio e intriga que se ha introducido en la historia con el asesinato de uno de los miembros del grupo y los posibles sospechosos que pueden tener algo que ver en el crimen (el Capi, Ojo de Halcón, Magneto, e incluso la Viuda Negra, que puede no estar tan muerta como pueda pensarse, étc…). Yo ya conocía los misterios e intrigas de Loeb en algunos de sus argumentos, pues hace ya tiempo leí su famosa historia de Batman titulada El largo Halloween, y tengo que reconocer que no estaba nada mal, con ese toque detectivesco tan presente a lo largo de la obra.
El caso es que en este primer número del nuevo volumen de The Ultimates, los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso. Ahora son un grupo independiente que ya no trabajan ni para S.H.I.E.L.D ni para el gobierno, y desde la primera página veremos cómo han de enfrentarse a una serie de problemas entre los que destacan un ataque repentino de Venom buscando a no sabemos quién, una filtración a la prensa de un escándalo sexual de uno de los miembros del grupo, una sobredosis de medicamentos de otro de los miembros, y en medio de todo esto el asesinato de la Bruja escarlata por alguien con especial fijación en verla muerta. Aparte de todos estos problemas, seguirán estando muy presentes los peculiares comportamientos de algunos componentes del grupo, con ese Capi de mentalidad chapada a la antigua o ese Ojo de Halcón con una mentalidad desquiciada tras la pérdida de su familia en el volumen anterior. Y merece la pena destacar el dibujo de Madureira, del que ha habido muchas críticas al respecto por el hecho de que mucha gente decía que su estilo «amerimanga» no le pega a esta serie (y más cuando todos estábamos acostumbrados a ver a estos personajes con el peculiar estilo realista de Hitch). Aunque en cierto modo estoy deacuerdo con esto, también tengo que confesar que soy un enamorado del estilo de Madureira desde que leí su Battle Chasers. En definitiva, que aunque este tercer volumen no llega a los niveles de los dos anteriores, tengo que reconocer que el guión de Loeb no me ha dejado tan indiferente como yo pensaba en un principio, sobre todo por las críticas tan negativas que había leído en otros blogs al respecto (será que con el paso de los años me estaré volviendo más condescendiente).
El caso es que en este primer número del nuevo volumen de The Ultimates, los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso. Ahora son un grupo independiente que ya no trabajan ni para S.H.I.E.L.D ni para el gobierno, y desde la primera página veremos cómo han de enfrentarse a una serie de problemas entre los que destacan un ataque repentino de Venom buscando a no sabemos quién, una filtración a la prensa de un escándalo sexual de uno de los miembros del grupo, una sobredosis de medicamentos de otro de los miembros, y en medio de todo esto el asesinato de la Bruja escarlata por alguien con especial fijación en verla muerta. Aparte de todos estos problemas, seguirán estando muy presentes los peculiares comportamientos de algunos componentes del grupo, con ese Capi de mentalidad chapada a la antigua o ese Ojo de Halcón con una mentalidad desquiciada tras la pérdida de su familia en el volumen anterior. Y merece la pena destacar el dibujo de Madureira, del que ha habido muchas críticas al respecto por el hecho de que mucha gente decía que su estilo «amerimanga» no le pega a esta serie (y más cuando todos estábamos acostumbrados a ver a estos personajes con el peculiar estilo realista de Hitch). Aunque en cierto modo estoy deacuerdo con esto, también tengo que confesar que soy un enamorado del estilo de Madureira desde que leí su Battle Chasers. En definitiva, que aunque este tercer volumen no llega a los niveles de los dos anteriores, tengo que reconocer que el guión de Loeb no me ha dejado tan indiferente como yo pensaba en un principio, sobre todo por las críticas tan negativas que había leído en otros blogs al respecto (será que con el paso de los años me estaré volviendo más condescendiente).