En un futuro no demasiado lejano, lo único que se interpondrá entre nosotros y el mal será THE VICTORIES, un grupo de héroes que han jurado defendernos del crimen, la corrupción y la extraña droga de diseño conocida como El flote. Cuando uno de los miembros de THE VICTORIES sale a la calle en busca de sangre, descubre, a través de los poderes de un psíquico, su propio y doloroso pasado. ¿Causará ese trauma su autodestrucción?. ¿Será capaz de volver al camino del bien?.
La verdad es que le tenía ganas a esta serie, así que había que aprovechar la oportunidad brindada por la editorial Aleta en su nueva reimpresión del primer tomo ahora que ha salido su continuación hace bien poquito. Y lo primero que llama la atención al abrir este cómic es el apartado visual: uno en el que su creador, guionista y dibujante Michael Avon Oeming (co-autor de “Powers” junto a Brian Michael Bendis) despliega todo un auténtico arsenal de recursos estilísticos, emparentándolo así con nuestro Víctor Santos, con el que ha trabajado anteriormente en Los Ratones Templarios.
Queda patente que el trabajo visual de esta serie es de notable alto con unas resoluciones gráficas arriesgadas (distribución de viñetas y diseño de páginas muy atractivos visualmente) que sin lugar a dudas es el reclamo para que este cómic acabe de manera irremediable en la cesta de la compra.
No todo el mérito va a ser del propio Oeming, ya que la paleta cromática de Nick Filardi aporta ese rasgo característico de oscuridad que sin lugar a dudas, potencia el resultado final de la serie. Aunque su dibujo es excelente, sinceramente esperaba algo más de la historia en sí, en la cual se notan unas influencias que son difíciles de olvidar, y es que la sombra de Frank Miller y Grant Morrison es demasiado larga como para no acordarnos de ella mientras estamos leyendo este The Victories.
Hay otros detalles como el escaso desarrollo de los secundarios y cierta ausencia de profundidad en ciertos aspectos que restan puntos al resultado final. Para servidor estos “fallos” seguro que el amigo Oeming los irá solventando conforme avance la serie: tengo fe en ello.
Una de las características que más me han gustado es que la lectura de este tomo refleja a la perfección el estado mental del autor, ya que al principio de la génesis de esta serie estaba inmerso en una depresión, a la cual venció gracias a la creación de The Victories, sirviéndole por tanto como una inmejorable terapia. El ejemplo decisivo de este momento tortuoso es la creación de Chacal, un villano sanguinario que acojona sobremanera, al que podemos emparentar sin género de dudas al lado más oscuro que habita en el interior de todo ser humano.
En definitiva, The Victories es un cómic de superhéroes violento y crudo como la vida misma que encandilará a toda aquella persona que busque un cómic sangriento y realista, y que horrorizará por igual a todo amante de los pijameros en su vertiente más clásica.
Por Francisco José Arcos Serrano