Últimamente estoy haciendo gala de un valor inconmenurable en la tienda de comic a la que voy, jugándomela con mis famosas «apuestas personales» (y me voy a explicar…). Siempre que sale alguna colección nueva o algún tomo curioso, suelo documentarme al respecto en la red, para saber si puede merecer la pena el seguir o no esa serie. Pero de vez en cuando siempre sale cada mes alguna novedad que te llama la atención y que lo ideal sería documentarse sobre ella en internet antes de comprársela…, es decir, lo correcto sería hacer lo siguiente: 1) echarle un vistazo por encima, 2) dejarla donde estaba, 3) irse a casa con las compras seguras, sobre las que sí estás informado y que sigues de forma mensual, 4) documentarse en internet sobre la susodicha novedad, 5) si te convence te la pillas en tu próxima visita a la tienda.
Pero los coleccionistas, a veces nos dejamos llevar por nuestro propio instinto, y tras echarla un rápido vistazo y darte buenas vibraciones, de pronto te dices con un gracejo natural: «¡QUÉ COÑE…, ME LA VOY A JUGAR!», y te marcas ahí una compra que nadie se esperaba.
Algo así lo estoy haciendo mucho yo últimamente (para que luego digan que soy un tío sosainas y mohino. Así que ayer viernes por la tarde en mi tradicional visita a mi tienda de comics, y tras haberme provisto de mis compras obligadas de cada mes, me llamó la atención este comic cuya foto os adjunto arriba. El que conozca mis afinidades tebeísticas será sabedor de que ese comic se aleja mucho de mis tradicionales gustos y géneros (ver el post de más abajo para más información al respecto). Pero, como digo, ayer me llamó la atención en el estante en el que estaba, lo eché un vistazo así por encima y en un alarde torero lo metí en mi «cesta de la compra». ¿Y qué os puedo decir al respecto sobre mi apuesta pesonal?. Pues que con mi instinto me la jugué como un tío con criterio…; y es que esta mañana lo he estado echando un vistazo (después de ver los episodios que grabé el jueves de la 6ª temporada de «24») y tengo que decir que el comic apunta maneras.
«ODIO» es algo así como un comic underground de los noventa, que a pesar de tener sus añitos no está nada desfasado. Y es que viene a contar la historia de un joven «del montón» (Buddy Bradley), con todas sus aventuras y desventuras en la difícil tarea de salir adelante día a día como buenamente se pueda (un tema real como la vida misma que nunca pasará de moda). En lo poquito que llevo leído del comic hasta ahora, se nos hace una presentación de este personaje como un joven que trata de «ir tirando» con trabajos temporales de segunda. Al principio de la historia se nos muestran todos los sitios de mala muerte y cuchitriles por los que Buddy ha ido pasando hasta conseguir instalarse en un antro de alquiler en Seattle. Allí comparte piso con su sempiterno amigo Leonard (más conocido como «apestoso») y con otro compañero de piso, un tío raro muy friki que responde al nombre de George Hamilton. En «ODIO» se dan cabida a todos los temas normales que un joven ha de afrontar en la difícil tarea de vivir de forma independiente, amén de otros típicos temas como son los ligues imposibles, las citas a ciegas, las peleas y la posterior reconciliación, las fiestas salvajes, étc.. Junto a estos tres personajes hay que mencionar también a la ex de Buddy (la paranoica Lisa) y la típica tía buena llamada Valerie, con la que el bueno de Buddy trata de enrrollarse en cuanto se ponga a tiro.
En definitiva, un comic que, a pesar de tener sus añitos, no está nada desfasado, ya que toca un tema que nunca pasará de moda: la vida misma. Un divertido tomo de 162 págs en cuyas páginas encontraremos algún momento en el que nos sentiremos identificado con alguno de los protagonistas (os lo aseguro).
«ODIO» es algo así como un comic underground de los noventa, que a pesar de tener sus añitos no está nada desfasado. Y es que viene a contar la historia de un joven «del montón» (Buddy Bradley), con todas sus aventuras y desventuras en la difícil tarea de salir adelante día a día como buenamente se pueda (un tema real como la vida misma que nunca pasará de moda). En lo poquito que llevo leído del comic hasta ahora, se nos hace una presentación de este personaje como un joven que trata de «ir tirando» con trabajos temporales de segunda. Al principio de la historia se nos muestran todos los sitios de mala muerte y cuchitriles por los que Buddy ha ido pasando hasta conseguir instalarse en un antro de alquiler en Seattle. Allí comparte piso con su sempiterno amigo Leonard (más conocido como «apestoso») y con otro compañero de piso, un tío raro muy friki que responde al nombre de George Hamilton. En «ODIO» se dan cabida a todos los temas normales que un joven ha de afrontar en la difícil tarea de vivir de forma independiente, amén de otros típicos temas como son los ligues imposibles, las citas a ciegas, las peleas y la posterior reconciliación, las fiestas salvajes, étc.. Junto a estos tres personajes hay que mencionar también a la ex de Buddy (la paranoica Lisa) y la típica tía buena llamada Valerie, con la que el bueno de Buddy trata de enrrollarse en cuanto se ponga a tiro.
En definitiva, un comic que, a pesar de tener sus añitos, no está nada desfasado, ya que toca un tema que nunca pasará de moda: la vida misma. Un divertido tomo de 162 págs en cuyas páginas encontraremos algún momento en el que nos sentiremos identificado con alguno de los protagonistas (os lo aseguro).