El tiempo pasa volando, recuerdo ese año 1984 cuando llegó a mi casa el Sabre Wulf. Salía del colegio dispuesto a terminar aquel juego que comenzaba en el interior de una selva llena de peligros y terminaba en una salida donde te esperaba el guardián. Sólo si reunías las cuatro partes del medallón te dejaría pasar el vigilante. El héroe, Sabre man, tenía una espada y la ayuda de unas plantas de colores que podías comer. El juego Sabre Wulf fue desarrollado por una empresa británica llamada Ultimate Play The Game para ZX Spectrum, Commodore 64 y Amstrad. Fue el primero de una trilogía y a éste les siguió Underwurlde y Knight Lore.
En aquel momento el juego fue una bomba, tenía acción, muy vistoso, era algo diferente y marcó una época.
Para jugarlo y cruzar aquel laberinto me hice un mapa pegando hojas, dibujé cada pantalla una a una. Aún tengo esa reliquia que me costó media vida dibujar.
Las cuatro partes del amuleto aparecen de forma aleatoria en el mapa lo que hace su búsqueda mucho más difícil.
Algunos enemigos se pueden matar a golpe de espada, pero otros son muy duros, como el hipopótamo, el rinoceronte o el lobo.
Las flores que puedes comer tienen 5 colores (rojo, rosa, azul, amarillo y blanco), los efectos van desde la invulnerabilidad, la velocidad o la confusión.
Sabre Wulf fue uno delos primeros juegos que necesitaba terminar y como no soy muy bueno jugando ya os puedo decir que fue toda una aventura.