Como buenos frikis que somos la muchachada de este blog nosotros también hemos fantaseado con el hecho de que una guapa vampiresa con aires de lagartona irrumpiera en nuestra habitación en medio de la noche y nos chupara la sangre (o lo que se tercie). Y qué mejor chavala para fantasear con algo así que la buena de Vampirella, una moza sana, castiza y con unas hechuras y un porte que puede producir sofocos entre los jovenzuelos más impresionables. Además que hace unos meses tuvo el dudoso honor de ser la moza de la semana en este blog, así que que le quiten lo «bailao»…
¿Y es que quién no ha escuchado hablar alguna vez de Vampirella?. Me imagino que todo el mundo sabe que se trata de una famosa heroína del cómic de terror creada por el gran Forrest J. Ackerman para Warren Publishing. Su primera aparición fue en el primer número de su revista homónima, en septiembre de 1969 (lo cual uno no puede menos que pensar que con una chavala como Vampi qué mejor fecha para su debut que el año 69). Vale, ya me callo…
El caso es que Vampirella ha vuelto nuevamente, esta vez de la mano de Dynamite Entertainment, editorial que recrea al personaje desde cero (por lo que a mí me pareció el momento perfecto para embarcarme en la lectura de sus nuevas andanzas sin haber leído nunca nada sobre esta buena moza). A decir verdad, mis únicos conocimientos sobre ella eran que se trata de una extraterrestre proveniente del planeta Drakulon (por eso tiene ese pedazo de dra-kulazo), un mundo donde sus habitantes se alimentaban de la sangre que fluía en los ríos. Así que con este bagaje ratonero me lancé a lo Arteche a la lectura de este tomo…
Sobre su argumento poco hay que comentar, pues nos presenta a la buena de Vampi como la gran esperanza de la humanidad en su lucha sin cuartel contra Vlad Dracula, su eterno enemigo, mientras en las sombras aparece una amenaza capaz incluso de hacer temblar a los vampiros. Ello da pie por momentos al recurente cliché en el que dos enemigos irreconciliables han de dejar a un lado sus diferencias y hacer frente común contra un mal que puede acabar con la vida tal y como la conocemos (imaginaos qué amenaza mas chunga debe de ser como para que nuestra protagonista tenga que confiar en alguien como Drácula).
A decir verdad y salvando las diferencias, el argumento me recordó un poco a lo visto en Blade 2, donde el héroe de turno debía de colaborar con sus peores enemigos para encarar cierto mal todavía mucho peor. De todas formas, este cómic a mí me ha dejado un cierto regustillo a episodio de Buffy Cazavampiros, pues veremos cómo Vampirella se enzarza a hostias y a patadas a lo Pepe con todo lo que se menea (contando con la inestimable colaboración de una humana llamada Sofia), que va ahí un poco de «acoplada» en plan sidekick ayudando a Vampi en su curiosa cruzada.
En definitiva, he de reconocer que me hice con este tomo de Vampirella: Corona de Gusanos movido por la curiosidad de leer por fin algo sobre este personaje, pero creo que no ha acabado de engancharme. Quizás sea por el hecho de que hoy por hoy, tras haber visto todas las temporadas de la antes comentada serie de Joss Whedon, estoy un poco saturado de vampiros repartiendo «guantás», pero lo cierto es que esta historia no me ha dejado con muchas ganas de leer los tomos posteriores. Lo recomiendo sólo para frikis dados a historias de vampiros repartiendo hostias como panes, aderezado todo ello con toques ligeramente gore.