Victorian undead 2: Holmes vs Drácula

La verdad es que visto así en frío esto de Sherlock Holmes vs Drácula, yo personalmente me inclinaría por una «x» en la quiniela. Y es que los que no leyeran en su día la reseña del anterior tomo de Victorian Undead se habrán quedado un poco «piruletas» por el hecho de ver al mítico personaje de Sir Arthur Conan Doyle enfrentado con el rey de los chupasangres (sin contar al mosquito cabrón que me acosó la otra noche). Y es que no está de más volver a recordar el hecho de que lo más curioso de este título radica precisamente en esto, en ver a uno de los más grandes detectives resolviendo casos en los que andan de por medio monstruosidades peores que los colaboradores del Sálvame Deluxe.

Así que si en el tomo anterior pudimos ver a Holmes codeándose con zombies putrefactos, esta vez le veremos sacando a relucir sus dotes detectivescas (y de hombre de acción cuando la situación requiere repartir unas cuantas hostias) ante los entresijos en torno a un misterio en el que andan de por medio unos vampiros la mar de chungos.

Pero amiguitos, antes de este enfrentamiento titánico entre nuestro detective favorito y el conde transilvano, el tomo se abre con un número especial en el que veremos al bueno de Sherlock recabando información en otro caso en el que anda metido en el meollo nada más y nada menos que el más famoso de los personajes de Robert Louis Stevenson (el Doctor Jekyll y su alter-ego Mr.Hyde). Por cierto, merece la pena comentar que incluso hay un pequeño guiño al famoso cuento de la cerillera de Hans Christian Andersen, sólo que aquí con la pobre cerillerita arman una escabechina que ni en Braindead, no me jodas. Por cierto, hay que decir también que toda esta historia acontece como algo posterior a los sucesos ocurridos en el otro tomo (ya sabéis, el de los zombies), pues en la introducción al mismo veremos cómo los londinenses están reconstruyendo la ciudad tras el tremendo incendio acaecido en la anterior saga.

El Dr. Jekyll pierde mazo de cerca el cabrón

El caso es que todo ello sirve de aperitivo para el plato fuerte del tomo, que no es otro que el enfrentamiento entre Holmes & Drácula, dividido en cinco inquietantes capítulos y donde veremos nuevamente a nuestro detective apañándoselas de forma genial en casos digamos «menos mundanos» y repletos de tintes sobrenaturales con «no muertos» de por medio. Y es que toda esta historia se encuadra dentro de un maquivélico y urdido plan del conde Vlad Dracul con la intención de introducirse en la corte de la reina Victoria para acabar con ella y hacerse con el control del Imperio.

Como curiosidad que me ha llamado la atención está el hecho de cómo a lo largo de la historia se tiran por tierra ciertos mitos en torno a los vampiros, como por ejemplo en cómo afecta el agua bendita a estos seres o en lo referente al hecho de que no soportan la luz del día (pues aquí sólo los debilita). Supongo que cada argumento recrea esas curiosidades a su gusto y echa por tierra ciertas creencias sobre estos seres para adaptarlas a la situación o al contexto de la historia en base a cómo le salga del ojete al guionista.

Tramando a ver a quién se la chupan (la sangre, digo)

Por cierto, otra cosa reseñable es sin duda el hecho de que a lo largo de la historia veremos desfilar todo un plantel de personajes conocidos por todos tales como Mina Murray (la de LXG), Jonathan Harker (uno de los protagonistas principales de la novela de 1897 Dracula de Bram Stoker). Y por supuesto tampoco faltará Van Helsing, al que resulta curioso verle combatiendo vampiros codo con codo junto a Holmes.

Y es que a modo de conslusión diré que sin duda alguna lo más curioso de los tomos de Victorian Undead radica presicamente en el hecho de ver reunidos a personajes dispares de la literatura en historias que derrochan misterio por los cuatro costados. Y por lo que he podido documentarme, hay previstos futuros proyectos con Holmes y Watson en Egipto, o codeándose con el monstruo de Frankenstein (este con reaparicion de Moriarty incluida). Así que habrá que echarles un ojos si finalmente llegan a publicarse.