WILDCATS: SERIAL BOXES

Este fin de semana he estado revolviendo entre mis estanterías buscando algunas de las cosillas pendientes de encuadernar a las que aludí en este post de hace un par de días. Me gusta eso de rebuscar en las estanterías y cajones de mi comicteca porque siempre me encuentro material que le traen a uno buenos recuerdos de tardes gloriosas de lectura. Digo esto porque mientras andaba yo rebuscando y tal me topé con esta saga de los WildCats con cuya lectura disfruté un montón, y que lleva por título Serial Boxes. No sé si alguna vez he comentado en el blog que los WildCats siempre han sido mis personajes predilectos de Wildstorm (no en vano Grifter es mi ojito derecho de los cómics). Así que tras secarme los lagrimones tras dar con esta saga entre la vorágine de cómics de esa estantería donde lo encontré, lo dejé bien apartadito para volver a releerlo este finde. Y muchos os estaréis preguntando: «¿Pero de qué coño va eso del Serial Boxes de los cojones, Robertito?». Pues diré que se trata de una saga bastante decente de este grupo que se desarrolló entre los números 14-19 del vol. 3 de esta colección.
Hay quien los define como una especie de cruce entre el género policiaco, las películas de asesinos psicópatas en serie y los cómics de superhéroes. La historia arranca cuando cierto individuo un tanto desequilibrado descubre que es nieto de un antiguo jefe mafioso, con el que comparte un curioso poder mutante y una falta de moralidad. El tipejo en cuestión tiene cierta obsesión por las mujeres atractivas, a las que seduce y engatusa con su porte atractivo, dejándolas finalmente un tanto maltrechas (por usar un eufemismo), cuando se cansa de ellas. Debido a ciertas vicisitudes su camino se cruzará con el de los WildCats, y la verdad es que un personaje de este grupo lo pasará realmente mal durante toda esta historia (el final de uno de los números de esta saga me dejó totalmente impactado en su día).
En definitiva, una muy buena saga de los WildCats correspondiente a la etapa del tándem Casey/Phillips, de los que hay que decir que hicieron una labor bastante plausible mientras estuvieron a cargo de estos personajes. Personalmente recomiendo su lectura a quien no tenga en gran estima a este grupo, porque seguro que a más de uno le sorprenderá muy gratamente.

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