Sí bueno, la verdad es que observando así en frío la portadita de este cómic hace que nos acordemos de un colega nuestro al que le gusta meter las manos en la nocilla como Winnie the Pooh en un tarro de miel y luego va el tío poniendo las manazas por donde pilla y dejando unas huellazas que no hace falta ser el puto Sherlock Holmes para poder seguirle el rastro. Pero no amiguitos, hoy no vamos a hablar sobre guarracos sino sobre cierta novedad comiquera que nos trajeron los chicos de Planeta Cómic hace unas semanas.
Ya comenté en la reseña anterior que aproveché la noche de Halloween para leer algunas cosas de terror que tenía pendientes y que reservé para degustarlas en esa fecha tan señalada para acojonarse con lo que uno buenamente pille. Además que aquí donde me tenéis me declaro un gran fan de todas las cosillas del noveno arte que llevan la impronta del bueno de Joe Hill, pues tras haber leído cosas como La Capa, la tremendísima Locke & Key, Thumbprint o Road Rage he de decir que tengo al hijo del bueno de Stephen King en un altar.
El caso es que los que seáis arduos fans de este escritor os sonará cierta novela suya titulada NOS4A2, la cual apareció en el listado de superventas del New York Times y en la que nos presentaba un aterrador mundo de feria llamado Christmasland y al lunático que no envejece nunca que allí gobierna: Charlie Manx. Pues bien, en este cómic que reseñamos hoy, el bueno de Hill y el dibujante Charlie “Talent” Wilson III exploran los retorcidos inicios de Manx, introducen un nuevo y depravado reparto de personajes de Christmasland y conducen a los lectores a un paseo sobre ruedas por una carretera de pesadilla en un coche sin frenos.
De esta forma, a lo largo de las páginas seremos partícipes de cómo se las gasta Charlie Manx, que viene a ser algo así como una especie de maniaco que va secuestrando niños para llevarlos a Christmasland, un lugar supuestamente «maravilloso y mágico» donde todos los días del año son Navidad. Y como en esa antes mencionada novela era muy escueto lo que se nos contaba sobre el misterioso Charlie Manx, este cómic viene de perlas para todos aquellos que quieran saber más sobre su origen y los momentos cruciales de su vida que le convirtieron en el tremendísimo engendro que es.
Llegados a este punto muchos os estaréis preguntando si es conveniente haber leído antes esa novela para adentrarse en lo que nos ofrece este cómic, a lo que yo respondería que en principio no, pues como digo este tomo sirve sobre todo para conocer los orígenes de este personaje y para contarnos la historia de unos presos, que escapan del furgón en el que estaban siendo trasladados y que por azares del destino acabarán en Christmasland, lo cual sirve para demostrar lo chungo que puede llegar a ser ese lugar si para alguien con pocos escrúpulos como unos reclusos ese sitio se convierte en una verdadera pesadilla.
Merece la pena comentar la manera que tiene Joe Hill de mostrarnos el grado de depravación de ese lugar, pues bajo el aspecto de un parque de atracciones viene a ser algo así como un emplazamiento siniestro donde los niños que lo habitan son de todo menos afables y te harán experimentar el horror y el sufrimiento antes de acabar contigo de forma cruel. Pero claro, una vez leída al principio del tomo esa historia repleta de locura que nos contaba el origen de Charlie Manx, no es de extrañar que un loco como él sea el jefazo de semejante lugar en el que desearás no acabar nunca ni por asomo.
En definitiva, Wraith. Espectro es un tomo que me permito el lujo de recomendar tanto si has leído la antes mencionada novela de NOS4A2 como si no. Y es que si ya de por sí el grado de locura que rezuma este argumento es tremebundo con la historia que nos narra Hill, todo ello está aderezado por el dibujazo de Charlie “Talent” Wilson III, con ese estilo suyo de formas retorcidas que recuerda un poco al de Richard Corben y que viene de perlas al tono depravado de la obra. Pues eso, que lo eches un vistazo, coñe…